Técnica, material, soporte, todo cambia en la obra de Antoni Tàpies, sin embargo hay algo que permanece, el signo como elemento de inmanencia en un mundo sometido a un cambio constante y continuo. En sus pinturas suelen aparecer signos como cruces, líneas, números y letras que pertenecen al universo simbólico e interior del artista, con claras alusiones al universo, la vida, la muerte o la sexualidad, así como una fuerte presencia de la figura humana aparentemente velada por la abstracción con que está planteado su trabajo.