Esta propuesta de Magda Labarga es un juego en el que utiliza fragmentos poéticos de 'El mundo es redondo', de Gertrud Stein, un tocadiscos y monigotes de papel. También hay espacio para una canción japonesa, una argelina, una nana que le regaló su amigo Carlos y una canción que se inventó sobre un gato. A veces dice un poema que se inventó y, a veces, lo rapea. A veces, no.